Retablo de Nuestra Señora de la Salud del convento Santa Angela de la Cruz.

Restauración del Retablo de Nuestra Señora de la Salud: Un Trabajo de Devoción y Arte

En el corazón del Convento de Santa Ángela de la Cruz, donde la historia y la devoción se entrelazan, hemos tenido el honor de trabajar en la restauración del Retablo de Nuestra Señora de la Salud. Este proyecto no ha sido solo un ejercicio de técnica y precisión, sino una manifestación de respeto y amor por el patrimonio artístico y religioso de nuestra tierra.

Retablo de Nuestra Señora de la Salud del convento Santa Angela de la Cruz_3
Retablo de Nuestra Señora de la Salud del convento Santa Angela de la Cruz_3

Un Proceso de Restauración con Alma Cofrade

El retablo, con el paso de los años, había sufrido el desgaste propio del tiempo y algunas intervenciones anteriores con materiales inadecuados que desdibujaban su esplendor original. La labor comenzó con un proceso minucioso de limpieza, retirando suciedad y barnices oxidados que ocultaban la riqueza de sus formas.

Posteriormente, eliminamos aquellas piezas reconstruidas con materiales no apropiados, devolviendo a la obra la armonía de su diseño primigenio. Con la paciencia que exige este oficio, se llevó a cabo un delicado trabajo de marmoleado, recreando con precisión la noble apariencia de la piedra en las partes que así lo requerían.

Pero, sin duda, el momento más esperado fue la aplicación del dorado en oro fino de ley, devolviendo al retablo la luminosidad y la grandeza que merece la Virgen de la Salud. Cada hoja de oro fue colocada con el mimo y la precisión que requiere una obra de esta magnitud, asegurando que la luz que refleja siga guiando la devoción de los fieles que acuden a su presencia.

El Arte Sacro Como Testimonio de Fe

Trabajar en la restauración de un retablo no es solo recuperar una obra de arte. Es contribuir a que la tradición, la fe y la historia de nuestro pueblo sigan vivas. Cada pincelada, cada lámina de oro colocada con esmero, es un acto de amor y respeto por quienes, generación tras generación, han rezado ante esta imagen.

Desde nuestra experiencia como doradores y restauradores, entendemos que cada proyecto es único y que el arte sacro no solo debe conservarse, sino restituirse con la misma pasión y entrega con la que fue concebido. Por eso, nos sentimos profundamente agradecidos de haber participado en esta obra, que ya brilla de nuevo con el esplendor que merece.

Que Nuestra Señora de la Salud siga protegiendo a quienes la veneran, y que este retablo restaurado continúe siendo testigo de la fe de nuestro pueblo por muchos siglos más.

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